Nº Visitantes

lunes, 2 de julio de 2012

Tecnología y Sociedad V

Hubo tiempos en que fuimos hermosos y libres de verdad. ¿Volverán?

Amanecí con alegría y nostalgia de recordar que estaba con mis amigos en el tubo de ensayo y apareció Martín con un disco doble de Los Héroes del Silencio, apagamos los instrumentos de inmediato y en círculo escuchamos tres veces el material casi exótico para aquella tarde jujeña. Que magia, compartir música con los pares. Hoy ya no hay tiempo para eso, tenés que ser un dinosaurio para invitar a alguien a escuchar música juntos, en ultima instancia se pondrá algo de fondo o se armara una lista aleatoria que acompañe el momento, pero nunca volvió a ser la vedette de una reunión. Se la banalizo a estar en Yotube.

Que decir de los safaris y expediciones de meterse en un barrio bajo con nuestra pinta de niños bien para conseguir alguna china prohibida. ¡Ahora existe el delivery!

El valor de la palabra estaba en el altar, si decías “mañana a las 4 en la esquina de siempre” por nada del mundo dejabas de ir. Ya no hay nada firme, un mensaje de texto de último momento puede cambiar todo y sacarte de cualquier apuro. Si hasta hemos perdido esa emoción/nervios de tocar el timbre de la casa de tu chica y dar la cara, un “baja” escrito desde el auto es más efectivo.

Que lindo cuando con ansias esperábamos la revista mensual y comprábamos libros, ésas eran discusiones con sentido y contenido, hoy estamos en la dictadura de la verdad Google, si ahí se dice, es lo cierto y punto. Los más chicos en vez de leer las obras de Sábato, Cortázar o Borges, para aparentar ser cool e intelectualoides leen en la computadora “frases de…” como si con eso se nutrirían de nuestros notables.

Se que caen mal, aburridas y repetidas estos párrafos, pero son esos días en que pedir un reseteo global que nunca llegará aliviana un poco.

Es que no discuto a nadie que la globalización nos cambio por completo, pero tampoco me vengan con pavadas, no cambió la condición social de los mas necesitados, en África las hambrunas siguen al pie del cañón; en Asia quienes fabrican la parafernalia tecnológica lo siguen haciendo por salarios de hambre y jornadas de muerte; y no hace falta ir tan lejos, nuestros pueblos originarios siguen humillados y excluidos; y si alguien visita Misiones se dará cuenta que la abolición del trabajo infantil es un cuento con muchos adornos y metáforas, pero nada concreto.

Es decir, la gran revolución tecnológica no cambio los dramas y problemas importantes del mundo, son juguetes.

Me fui de tema.

3 comentarios:

  1. jaja espectacular, me gusta lo que escribis, no pares nunca.. no cambies nunca, un saludo para todos los que me conocen jaja me fui de tema

    ResponderEliminar
  2. dice gon, pero no se porque, soy chanfle

    ResponderEliminar
  3. Me gusta mucho como y de lo que escribís. La música, como todas las manifestaciones artísticas, nos unen y suelen jugarnos esa trampa de la nostalgia y la globalización (concuerdo no le cambio la vida a los necesitados) nos separo de esas pequeñas y hermosas cosas que hacíamos, cumpliendo con la palabra ningún msn nos detenia con lo planeado

    ResponderEliminar