Esto de “decidite pibe, militas con el socialismo pero tu viejo te regalo un Rólex” ó “si defendés la libertad de prensa, culto, la propiedad privada, sos un liberalista acérrimo que defiende la desigualdad de oportunidades”. Me tiene tan casado que vamos a sacar el volumen II de
Ambidiestro, que es vuestra comunión.
Hay muy poca bibliografía que trate sobre el tema; las dos campanas deben ser las mentiras más creídas del mundo, y las más defendidas también. Aunque hay cosas para compartir: al final del camino descubrimos que el capitalismo en pos de la libertad despreció la justicia, creando las mayores desigualdades sociales jamás vividas; y su primo hermano, el comunismo en pos de la justicia llegó a pisotear tanto la libertad que cualquier parecido con algún totalitarismo de ultra derecha no es mera coincidencia.
Charlando con un amigo que milita en el P.S se le escapó su desprecio hacia las fuerzas policiales, y contó con naturalidad que varios compañeros suyos desean (no se si lo piensan) eliminarlos a todos. ¿Qué diferencia existe con tanto facho suelto que tenemos en la T.V ó que tuvimos al poder y deseaban (hicieron) lo mismo para lo chicos que se dejen la barba y leen Marx?
Visto desde lejos, la tan real “explotación del hombre por el hombre” es totalmente compatible con la tiranía de 10, 20 ó 100 déspotas que en nombre del pueblo crearon una revolución (burocracia) tan injusta y miserable que terminó siendo la misma dictadura que la de sus antecesores, con otro rótulo.
Todo esto no es para caer en un nihilismo estúpido sino todo lo contrario, ver que el agua y el aceite pueden ser ambas buenas para la salud: la distribución progresiva de la riqueza no significa ser populista, puede encajar y coordinarse con el respeto a la propiedad privada.
Lograr una verdadera seguridad jurídica puede atraer a nuevos capitales a invertir y producir, lo cual es perfectamente compatible con volcar al sistema productivo a la inmensa cantidad de personas que hoy en día son ayudadas por distintos subsidios del Estado (el asistencialismo es un parche necesario, pero si se vuelve eterno, solo condenamos a vivir de la limosna y al servicio del clientelismo político a toda esa parte de nuestra población)
Fortalecer el país y sus instituciones deberían ser el norte de toda idea ó partido político, y no solamente llegar al poder, como actúan hoy en día todos los intermediarios entre el pueblo y el gobierno. La semana pasada festejamos que la mayoría de la gente defiende políticamente ciertos hechos o asuntos; esto no quiere decir cegarse ante una doctrina, sino todo lo contrario, defender desde un punto teórico ó político todo aquello que sea para el bienestar de la Nación, ya sea que viene del Partido Obrero o del Partido Conservador.
Cada día me convenzo más de que se puede ser elitista tanto de derecho como de izquierda.
Se puede ser progresista a los 80 años como retrógrado a los 20. Se puede ser corrupto aun habiéndose graduado en las mejores universidades ó criado en cuna de oro, como también lo puede ser aquel que de tanto pelearla y pelarla en circunstancias adversas llegó a la cumbre del poder por merito propio.
En fin, podemos ser aristócratas y pordioseros al mismo tiempo, nadie por arriba, nadie por abajo (entiéndase la metáfora), y en cuestiones políticas yo personalmente me puedo ir a la ultra izquierda si de defender los recursos naturales se trata, como en cinco segundos estar a la derecha si hablamos del respeto a la libertad ó propiedad privada.
¿Algo para agregar curioso lector?