Nº Visitantes

miércoles, 28 de agosto de 2013

Trasluz de la Argentina a partir de la modificación de Ganancias

El esperadísimo anuncio de la Presidenta de subir el mínimo no imponible para tributar ganancias, trajo el alivio de miles de trabajadores que veían mermar su capacidad adquisitiva con la retención de tan injusto y regresivo impuesto. Excelente medida de la Presidenta y razonable el monto establecido como mínimo ($ 15. 000 de ingresos brutos, es decir, monto sin el descuento de aportes, obra social y sindicato).

Pero cuando el titular de la AFIP dio a conocer los números de los trabajadores ahora excluidos de dicho impuesto, una luz de alerta me hizo reflexionar: Echegaray anunció rimbombante[1] que el 89,8 % de los nueve millones de trabajadores registrados no pagará ganancias; lo que, contrario sensu arroja, que en la República Argentina ese porcentaje de trabajadores gana menos de $ 12.500.

Pero esa drástica cifra ni siquiera es definitiva, ya que según el Ministerio de Trabajo de la Nación[2], aproximadamente el 30% de los trabajadores se encuentra no registrado, en negro; por lo que suponiendo (podría afirmarlo) que ninguno de dichos trabajadores informales gana más de 12.500 pesos; el número de trabajadores activos que actualmente ganan menos de $ 12.500 es del 92,29 %[3] cifra muy baja, temeraria y preocupante, máxime y teniendo en cuenta que la bandera del gobierno actual es la redistribución de la riqueza.

Quien gana menos de $ 12.500 y tiene una familia que mantener, gasta su salario entero en alquiler y gastos de vivienda, más alimentación y vestimenta, todos rubros gravados con el 21% del IVA, otro impuesto injusto si los hay. La clase trabajadora argentina “vive al día”, trabaja para vivir, el sueño de la vivienda propia parece difícil de alcanzar en un mercado inmobiliario dolarizado, la participación en las ganancias de las empresas (derecho constitucional nunca implementado) ya suena a broma de mal gusto.

¿Quiénes son ese 7,71% que gana más del mínimo no imponible? Los de siempre: presidente, gobernadores, intendentes, ministros, secretarios y demás funcionarios del poder ejecutivo, diputados, senadores, concejales, jueces y funcionarios del poder judicial. Con suerte algunos trabajadores de privilegio, véase, ejecutivos de grandes empresas.

Todo sigue bastante igual a siempre, con la aclaración de que en un momento de crisis global, el desempleo es muy bajo en comparación a otros países, lo cual si es un logro que hay que reconocer a éste gobierno, pero, la distribución de la riqueza y la dinámica social parecen un anhelo difícil de alcanzar si nos guiamos por estas cifras oficiales.



[1] http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-227706-2013-08-27.html
[2] http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/descargas/revistaDeTrabajo/2012n10_revistaDeTrabajo/2012n10_a15_Bolet%C3%ADndeEstad%C3%ADsticas(BEL).pdf

[3] Cálculo al que se arriba por medio de tres reglas de tres simples: 1) si 9.000.000 de trabajadores registrados son el 70%; los que trabajan en negro (30%) son 3.857.000. 2) Sumados todos ellos arrojan un numero de 12.857.000 trabajadores totales activos. 3) si al 89% de los trabajadores registrados (8.010.000) que no pasan la barrera del mínimo, se le suman los que lo hacen en negro, dan la cifra de 11.867.000 de personas que no pasan los $12.500; 4) si 12.857.000 es el total de los activos, 11.867.000 es el 92,29%.

viernes, 8 de febrero de 2013

Museos: una posición incorrecta.

Madrid el Guernica, París la mona lisa. Paradas obligatorias, referencias Ineludibles. Gente que cumple órdenes, que lee las guias turísticas y que ni por casualidad se sale del libreto. Necesitar al comentarista para entender el partido que estamos viendo, o a los audífonos/guías para saber sobre el museo que visitamos. " Es que sino, no comprendes nada, ni siquiera lo que estas viendo", hay muchos que tienen esa logica y modus operandi aferrado y arraigado, como si el arte fuera algo cognoscible y no meramente una sensación fugaz, como si fuera una definicion que se busca en google y no una emoción personal y verdadera, un único motivo por cada percepción que muta dentro de uno.

Los grandes museos se han convertido en algo que ningún curador de arte sabría explicar. Le compiten a los estadios de futbol en cuanto taquilla, muchedumbres y empujones, en definitiva: masiva concurrencia. Gente desesperada por tomar fotografías, gente que no mira las obras sino que intenta llevarse una reproducción de ella; y los peores tipos de todos: los que se fotografía con las obras mismas.

Una señora estaba retratando en vivo y en directo, en una tela, una pintura de Caravaggio, en vez de apreciar la técnica y la destreza, la gente pasaba por alado y le daba un flash como una anécdota mas ocurrida un día cual, en el museo tal. Habría que hacer la prueba y cambiar el cuadro del año 1547 por el que estaba haciendo la señora y nadie cacarearía, mucho menos se darían cuenta.

¿Me pregunto cual es el sentido de ver 1872 cuadros en una hora? No he visto a nadie emocionado, a nadie reflexionando, y mucho menos a nadie comentando nada interesante. Estoy realmente hasta la polla de los museos. Es que son un paquete turístico, una foto de perfil careta para alguna red social y una etiqueta para mostrárselo a mucha gente pero que termina por decir y transmitir nada. Venir porque hay que venir, creer que apurarse por ver todas las salas nos convertirá en alguien más culto y cool, más interesante, mas artista. Puras mierdas. Como ese personaje de Quiroga que compraba libros para ponerlos en su biblioteca y nada más.

Hoy pasaron 10.000 tipos por el lourvre, el reciente 2013 ya cuenta con casi 300.000 mil visitantes y en los últimos años podriamos sumar millones de millones. Sin embargo todos esos defensores del arte y las ideas, siguen cambiándose de vereda cuando ven alguien de color, siguen desconfiando de la comunidad musulmana que asalto París y siguen indiferentes con lo que ahora mismo esta ocurriendo en África y Oriente. Ver maravillados cuadros de las cruzadas romanas como si hoy no existieran los infelices que llevan paz y democracia a lugares lejanos con balas y bombas. 

¿Hemos cambiado aunque sea un poquito? Creo que no, la indiferencia y la intolerancia son eslabones perdidos para la humanidad, sin embargo todos queremos darnos ese baño de cultura y sabiduría que traeria aparejado concurrir a los grandes museos, ponernos por encima del pobre lumpen de la plaza del barrio, que quien te dice, entiende mucho más de estética y vanguardias que los malditos fotógrafos de lo convencional, de una foto por demás común que ya ha sido tomada por miles, miles de días atrás.


Y para terminar con tamaña pavada
quería pegar una linda foto con la Giaconda, pero no carga..
Será hasta la próxima amigos...