Aclaro que no soy castrista ni mucho menos, aunque para tener una opinión fundada y válida sobre su gobierno (y Dictadura porque lo es) me faltan tomar varias cindor; a los 22 años no estoy autorizado para hablar sobre una revolución que tiene mas de 50 años en pie, a pesar de los bloqueos económicos, múltiples atentados frustrados y el hostigamiento constante de los dueños del mundo.
Todo esto viene a que en febrero leí un informe de UNICEF sobre desnutrición infantil en el mundo y Latinoamérica, las cifras son alarmantes, las imágenes me hacen pensar que el mundo es una verdadera mierda.
Pero hay algo raro en todo esto, y que nadie salio a contarlo con tanto apuro como cuando ocurren crímenes; en el año 2008 Cuba logró bajar su tasa de desnutrición infantil a 0%, Si leyó bien, en cuba no existe esta epidemia mundial. (Ver links: UNICEF y BBC)
Entonces lo que estos periodistas comentaban como una verdad de Perogrullo y casi riéndose, no es tan así, el gobierno cubano opta porque sus ciudadanos no puedan ni siquiera soñar con comprar una notebook ó un iphone, entre muchas cosas más, pero pueden inflar el pecho y estar orgullosos de que son el único país de todo Latinoamérica y el Caribe donde los chicos no se mueren de hambre.
En cambio nosotros, los vivos de siempre, los que mantenemos “relaciones carnales con USA” (CSM), que viajamos, que compramos cosas importadas, que estamos involucrados con los últimos modelos tecnológicos que llegan del primer mundo, deberíamos sentir vergüenza al saber que esas fotos pueden ser tomadas en Jujuy, Chaco ó Formosa, muy cerca de donde vivimos, comemos y derrochamos.
¿Estaríamos de acuerdo con un modelo que nos prive de todo lo material a cambio de que ningún niño sufra desnutrición? Yo creo que no, ya lo dijo Hobbes hace mucho: “El hombre es el lobo del hombre”; en la historia de a humanidad hubo muy pocos ejemplos, que por ello serán recordaros para siempre (Teresa de Calcuta, Gandhi, ¿Fidel Castro?) Todos deberíamos hacer una gran mea culpa y sentirnos aunque sea un poquito culpables de lo que sucede muy, pero muy cerca de nosotros.
Quizás F. Castro no utilizó los mejores métodos y tuvo grandes y gruesos desaciertos, pero insisto en que no es la intención del post debatir acerca de ello ni de su modelo, sino la vergüenza mundial de que existen 850 millones de niños bajo la linea de la pobreza y con serios riegos de caer en la desnutrición crónica. El pueblo cubano exento de esta aberración.