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domingo, 13 de marzo de 2011

Opinión de Elecciones 2011

Llegó el 2011, año de elecciones presidenciales; nuestra tan nombrada oposición parece no despertarse de una larga siesta, quizá ya sea muy tarde, aquí un modesto análisis cronológico.

Luego de que Cristina Fernández ganara con amplia mayoría en el 2007 hubo un giro 180 grados para luego terminar dándolo de 360º, a saber:
En marzo del 2008 estalla el conflicto con el campo y la gran polémica de las retenciones, la clase media empieza soltarle a mano al matrimonio presidencial, y desde las páginas oficialistas se contraataca con adjetivos como “golpistas” u “oligarcas”, se genera un clima de crispación y tensión social que tiene en velo y dividido a todo el país.
Se suma una inflación galopante que afecta al bolsillo de los trabajadores, los salarios reales de la población caen considerablemente y el gobierno lo niega y manipula números a su favor, la respuesta no se hace esperar: en las legislativas nacionales del 2009 el kirchnerismo sufre un golpe duro perdiendo después de 6 años la mayoría en ambas Cámaras y siendo derrotado en distritos claves como Capital, Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
El discurso de Cristina del día siguiente por cadena nacional, con tono soberbio y altanero, negando la derrota y haciendo oído sordo al mensaje que la sociedad dio en dichas elecciones, hizo predecir a casi todos el principio del fin del Kirchnerismo.

A partir de esa ruptura entre el electorado y el oficialismo, la oposición pensó que las elecciones del 2011 serian un tramite (recuerdo a De Narváez diciendo “el kirchnerismo está agotado) incluso no creo que ni el mas optimista de los ultrakirchneristas se haya imaginado un panorama tan alentador para este año. ¿Qué paso en el medio?
Desde junio del 2009 (elecciones) hasta diciembre donde se renovaron mandatos en ambas Cámaras, hubo varios aciertos que cayeron bien en la sociedad, por ejemplo Asignación universal por hijos, sanción de una nueva ley de medios audiovisuales y estatización del fútbol argentino (quizás mucho mas discutible).
En el 2010 el congreso no tuvo un buen año, todo lo planteado en campaña quedó en eso, la oposición de fragmentó y nunca apareció un líder fuerte que represente a el sector antikirchner.

Aunque es poco científico y comprobable, creo que con los pacíficos festejos por el bicentenario, y (trágicamente) con la muerte de Néstor Kirchner, que tuvo gran impacto en la gente (basta ver una imagen de lo que fue su despedida) y en los medios (que aunque enfrentados con el oficialismo reconocieron y mostraron todo lo que pasó en la Argentina desde el 2003) la imagen de Cristina para 2011 se vio muy fortalecida ante la centrífuga idea de una oposición fuerte.

Hace mas de cuatro siglos Maquiavelo le aconsejaba al príncipe “divide y reinaras”, pero al Gobierno no le hizo falta, la oposición se encargó de hacerlo por si misma y por puras aspiraciones personales. Veamos: Duhalde, Das Neves, Rodríguez Saa, Alfonsín, Sanz, Binner, Macri, Carrió, Solanas, Solá y Cobos.
Aunque algunos (PJ disidente y UCR) vayan a internas y tal vez otros no se presenten, la división existe y la oposición pisa cada vez menos fuerte, todas las encuestas dan a Cristina (que aun no oficializó su candidatura) como ganadora en las próximas contiendas electorales.

Creo que si desde el gobierno se logra controlar y combatir la inflación, será muy difícil que el panorama cambie.


viernes, 25 de febrero de 2011

Blog de Viaje VI: Santa Marta

Todos los viajeros que crucé iban para ésta ciudad, y tantas veces oí hablar de ella, que cuando llegue me sorprendí al ver lo poco que hay para hacer en Santa Marta: no tiene buenas playas ni paradores, no hay movimiento nocturno y lo único cultural para visitar son las casas de Simón Bolívar y de “El Pibe” Valderrama, eso si que todos los lugareños te lo recuerdan: aquí decidió morir el Libertador mas grande de América, y de aquí es oriundo el ídolo popular colombiano. Ambos tienen su propia estatua.

Lo mejor de Santa Marta son el clima y la sensación de seguridad; el promedio de temperatura anual es de 31°, es decir que en cualquier época del año te tocarán lindos días para descansar. Además, fue el lugar donde mas tranquilo me sentí al caminar, tanto de día como de noche, y no es que haya gran presencia policial como en Cartagena, sino que es un pueblo tan calmo y su gente tan calida, que aunque transites por calles desabitadas y oscuras no se percibe esa sensación de que te puede ocurrir algo malo.

Al tercer día nos fuimos para Tayrona, éste es un parque nacional y reserva ecológica, el colectivo te deja en la puerta del parque y desde allí hay que caminar 2 horas por medio de una selva tropical (donde en el camino se te cruzan lagartijas, toda clase de mosquitos y si es un mal día te pueden aparecer serpientes cascabel) para llegar a las playas mas bonitas de Colombia, ya que la mezcla de montañas, rocas y el mar verde-azulado hacen del paisaje algo que no se puede dejar de mirar.


Cuando emprendíamos la caminata de vuelta al día siguiente, nos cruzamos con tres personas no videntes perdidos en la selva, me llenó de orgullo que mis amigos se ofrecieran para colaborar y auxiliar.
El camino era muy peligroso, había que saltar unas piedras y estas tres personas no iban a poder, pedimos ayuda a la gente que pasaba (la mayoría chicos de Capital Federal) pero éstos ni se inmutaban, así fue como esperamos casi 40 minutos hasta que un bañero del lugar nos ayudó con el traslado de la gente hasta la base del parque.
Cuando llegamos, los colombianos curiosos se acercaban para agradecernos y se sorprendían al conocer nuestra nacionalidad: “que raro argentinos tan solidarios”.
Reitero que los aplausos van para mis compañeros, pero, ¿Por qué tenemos esa imagen en el extranjero? ¿Nos la ganamos ó es ya un prejuicio difícil de erradicar?
Me inclino por la primera opción, me bastó ver como actuaron los mas de 20 argentinos que pasaron por alado nuestro y ni una palabra de ayuda ante dicha situación.

Nuestro último destino era Taganga, ubicado a 20 minutos de Santa Marta, es un verdadero pueblito pesquero, (a las cinco de la tarde en la playa, los pescadores venden lo que pudieron atrapar con sus redes ese mismo día) donde no hay ninguna calle pavimentada, ni taxis y no vimos ni un solo policía.


La estadía en Taganga no ofrece muchas opciones: de día ir a la playa y hacer buceo, por las noches salir a comer e ir al único boliche de la ciudad; éste lugar tiene fama de no dormir, ya que la única gran atracción aquí es que el movimiento nocturno es de lunes a lunes.

La mayoría de los lugareños son viajeros que se radicaron: la dueña de nuestro hostal hablaba poco español y bien el francés, para comer un italiano amasaba pastas, mientras que un español ofrecía tortillas sevillanas y como no podía faltar, un argentino tenía su bar con ambiente futbolero. El parecido con Montañitas (Ecuador) es evidente.

Así fue como los días en Colombia se terminaron, hermoso país que intenta cambiar su imagen violenta, que para algunos es su condición, pero nunca será su destino.
Su gente fue el condimento especial del viaje, con personas así, aunque seas extranjero, nunca lo te lo hacen sentir.

Fin

martes, 8 de febrero de 2011

Blog de Viaje V: La Guajira

Me estaba cansando de la rutina, de tener todo organizado y de recorrer lo mismo que la mayoría de los argentinos que crucé. Fue un punto de inflexión en el viaje, decidí ir a un lugar del que no supiera nada, que nadie me lo haya recomendado y que nunca estuvo en los planes.
Me sumé a unas colombianas que amablemente me invitaron a pasar 4 días en el departamento de La Guajira; la hoja de ruta incluía: Riohacha, Manaure y Cabo de la Vela.

En el camino a Riohacha lo primero que se me vino a la cabeza fue el nombre de Gabriel García Márquez, es que éste siempre nombra en sus cuentos a alguna mulata caderona, personaje estrafalario o gitano proveniente de allí. Pensábamos hacer trasbordo y quedarnos solo 6 horas, terminamos pasando 2 noches.

Es un pueblo bajo, no hay muchos edificios, su calle principal es la Nº 1 que tiene solo 20 cuadras que bordean al mar, en ella se concentran toda la actividad de la ciudad: restaurantes, confiterías, puestos de turismo y discotecas.
Aquí no hay hostels para viajeros, hay pocos hoteles y se ven pocos turistas (donde nos alojamos éramos los únicos huéspedes), ya que la mayor parte de éstos pasa por Riohacha para salir en camioneta al Cabo de la Vela.

No obstante el poco movimiento, esta ciudad sabe tratar al extranjero, TODA la gente es cálida, su máximo orgullo es que el foráneo no se sienta como tal.
Vale la pena contar una de las tantas cosa que sucedieron: con mi amiga a las seis de la mañana buscábamos un baño para ella, alguien nos vio preguntando, se acercó, camino una cuadra con nosotros y abrió su ¡Boliche! ya cerrado para prestarnos el baño.

Caminar por sus calles de punta a punta, tomar jugo de mango con la sola compañía de las señoras que lo venden, y por las noches comer cocktales de camarón con cerveza de parado en la playa fueron de lo mejor de mis días en Colombia. En Riohacha no hay nada para ver, y ese es su encanto, para enamorarse de un lugar no hacen falta que estén las siete maravillas.

Seguimos a Manaure, zona donde habita la comunidad indígena Wayuu; es la capital salífera del país, de donde se extrae el 60% de la sal que se consume en Colombia. Un lugar de novela donde se ven montañas de la sal más pura (que parecen glaciares) y a 20 metros el mar caribe con su color particular.
Aquí se repite la historia de siempre, un wayupe me explicó lo que me imaginaba: los indígenas extraen y trabajan el mineral en jornadas de hasta 11 horas, a cambio de un salario exiguo; la empresa que explota estas tierras esta en manos de capitales extranjeros, y las regalías que se recibe a cambio son un chiste. ¿Te suena?


Terminamos en Cabo de la Vela, un desierto al que solo se llega en 4 x 4 y pagando una bolsa grande de caramelos de peaje, ¿Cómo es esto? El camino es complicado, arenoso y con mucho barro, en el medio de la nada, te topas con una soga a un metro de altura que te impide el paso, quien amarra estas cuerdas es un niño o niña que nunca tienen mas de 12 años, si no le convidas caramelos (y bastantes) no te abren paso.
A estos chicos se les llama “pelaos”, nos cruzamos a mas de 10.
No es realismo mágico, lo vi con mis propios ojos.


El Cabo es un rancherio, no hay luz, ni agua ni camas, solo hamacas para dormir y una cantina para comer, para bañarte podes comprar por un dólar un balde de agua de río y con el hacer lo que se pueda. Los originarios reciben a quienes se animan a llegar allí, ellos cocinan, atienden y explotan esta playa cristalina y tierras que les pertenecen; sus costumbres y tradiciones se respetan a rajatabla y también las explican en español, ya que entre ellos hablan su dialecto.


Aunque me dolió dejar a mis compañeros de viaje atrás, la experiencia de La Guajira no la olvido más, recorrer pueblitos en camioneta con gente colombiana, conocer esos lugares que nunca estuvieron en mis planes y ser tratado como fui, me hacen pensar que conocí el país que vine a visitar. Me quedan pocos días pero estos fueron de los más intensos.


lunes, 31 de enero de 2011

Blog de Viaje IV: Cartagena de Indias

Llegamos a la ciudad más famosa de Colombia, fundada en 1533, sabíamos que fue el puerto más importante de América en la época colonial-español, y ahora es la mezcla perfecta entre historia, playa y diversión.

El primer día me di cuenta de que Cartagena de Indias tiene dos realidades bien distintas y marcadas, siendo malo y politizado podría decir que es una postal del capitalismo a ultranza: en Boca Grande y Castillo Grande, las zonas top, se ven edificios de 60 pisos todos vidriados, autos de alta gama e importados, y comer en los restaurantes sale arriba de 100 dólares. A 10 cuadras se encuentra la zona del viejo mercado, allí hay mucha gente mendigando, durmiendo en la calle y revolviendo basura para comer lo que otros botan.

Las playas de Cartagena no son como uno se lo imagina, su cercanía con el rió Magdalena hace que sus costas del este sean sucias, poca arena y muchas piedras. Solo en Boca Grande y El Laguito hay carpas y verdaderos balnearios. La mayoría de los que visitan la ciudad, se embarcan hacia Playas Blancas en la isla de Barú, a solo una hora en bote y es allí donde se puede disfrutar de playas vírgenes y paradisíacas.


Las zonas más antiguas y coloniales son Getsemaní y la Ciudad Amurallada, barrios populares y con historia, en ellos el paisaje combina a turistas tomando fotos y vecinos humildes que toda la vida vivieron allí. Al caminar por ellos te da la sensación de estar en otro siglo, el tiempo parece detenerse al ver como su gente esta todo el día sentada en la calle, charlando ó escuchando música, las puertas de casa están todas abiertas, y se almuerza y cena en pequeñas mesas que se ubican en la vereda.


Aquí fue el único lugar de Colombia donde sentí que no se trata al extranjero como en otras ciudades, es que al haber tanto turismo internacional, los vendedores ambulantes (que son muchos y molestos) siempre te quieren cobrar de más ó engañarte, y no prestan atención ni ayuda cuando le es requerida.

También fue el lugar del país donde el comercio de drogas es desvergonzado, mientras uno camina tranquilo por la calle te ofrecen a viva voz todo tipo de sustancias prohibidas; la policía (casi en todas las esquinas) mira para otro lado.
Me pareció que existía un pacto implícito entre traficantes y uniformados, ya que es imposible no darse cuenta, pregunté y un señor me dijo: “la policía no actúa porque ellos venden tranquilos a cambio de que no se atraque turistas. Va a ser muy difícil que dejemos de convivir con estos mercaderes de la muerte”

En pocos días me alcanzó para conocer lo que hay que visitar: Ciudad amurallada por dentro, castillo San Felipe y Centro de Convenciones Getsemaní. Pensaba quedarme cinco noches, pero me vi conociendo la Colombia superficial, la que se quiere mostrar y no la verdadera. En la playa no pude conversar con ningún lugareño porque solo hay europeos, australianos y argentinos; decidí dar un giro de 180 grados, no quería pasar mi estadía ombligo arriba.

Aunque partí antes de tiempo, no se puede negar que Cartagena es muy bonita, cómoda y segura, todo esta dado para que el turista disfrute allí sus vacaciones, sucede que no era el tipo de viaje que tenia planeado, supongo (y espero) que de grande podré volver para estar tirado sin hacer nada.

Con un poco de suerte, casualidad y hasta imprudencia, dejo a mis amigos en Cartagena y me sumo a unos colombianos que van hacia La Guajira, frontera con Venezuela.
Será hasta entonces.

viernes, 21 de enero de 2011

Blog de Viaje III: Bogotá

Viajamos a Bogotá vía tierra, cruzamos la selva colombiana y subimos a 2.800 mts. de altura; el servicio de colectivos es muy subdesarrollado y los viajes con alta peligrosidad.
Cuando llegamos nos dimos con la primera sorpresa, aquí todo el año hace frío, no hay estaciones siempre es igual: si hay sol 20 º, si esta nublado o lluvia de 12 a 15º, y de noche pase lo que pase la temperatura baja a los 8 grados. No vinimos preparados para estos fríos.

Si Medellín nos pareció moderna, cosmopolita y comercial; Bogotá es muy distinta: universitaria, cultural y muy política. Tiene mucha historia y museos, en los cafés y graffitis se percibe una conciencia política social.

Nos hospedamos en el antiguo barrio La Candelaria, casco historico de la ciudad, son todas casas coloniales y pintadas con distintos colores. Por momentos al caminar se parece mucho a La Boca ó San Telmo. Es en este lugar donde se filmó la famosa pelicula "La estrategia del caracol".
Allí la oferta cultural es amplia y recomendable, visitamos el Museo del Oro (el mas grande de sudamerica) la Casa de la Moneda (donde el virreinato de Nueva Granada acuñaba su moneda) el Museo Botero y el Museo de Bogotá; todo en un radio de 15 cuadras.

Las zonas colindantes a La candelaria son Barrio Germania (se llega caminando) donde se encuentra la quinta de Bolivar, un inmueble impresionante que el primer gobierno patrio le entregó al Libertador como recompensa, y donde éste pasó sus ultimos dias antes de partir a Santa Marta para nunca mas volver. La quinta esta restaurada y armada como museo, se pueden ver objetos personales y ajuares.

En el centro político del pais, se encuentra la plaza Simon Bolivar (una especie de plaza de mayo) donde se encuentran concentrados y uno alado de otro: El Palacio Presidencial, el Congreso Colombiano, el Palacio de Justicia, el regimiento de infantería Nº 1 y la Catedral. Aunque poco se de arquitectura, es impactante ver esas construcciones.

Sobre la seguridad, durante el día las zonas mencionadas estan fuertemente custodiadas con mucha presencia policial, todo lo contrario a la noche, que nos recomendaron no caminar ya que es muy peligroso, por primera vez nos movimos en taxi.

La movida noctura se encuentra en la zona rosa, que es para gente de alto nivel adquisitivo. Allí se encuentra Andrés Carne de Res, no hay nadie que no te lo recomiende y hable de él, todo el que visita Colombia sabe de lo que hablo.
Aunque es muy costoso, vale realmente la pena pasar una noche ahí, son 4 pisos de restaurante, barras, música en vivo y en el último nivel una pista para rumbear. La atención, la comida y la ambientación son excelentes. Imposible no recomendarlo.

Desde que arribé me llamó mucho la atención el nombre del aeropuerto, "El Dorado", caminando la ciudad noté que así mismo se llaman distintos bares, zapaterias, hoteles y boliches. Pregunté a la gente del lugar, algunos no me supieron contestar y otros me lo explicaron así: El Dorado es un indio que se bañaba en oro, con el paso del tiempo se convirtió en un mito. Luego, mientras los colonizadores se encargaban de asesinar para saquear todo el oro posible, los indígenas engañaban a los españoles contandoles de un lago lleno de oro puro y fundido (que no existía) donde se bañaba aquel cacique; así perdian el tiempo en búsqueda de ese paraíso inexistente. Por un momento la presa se reía del depredador.

Nos vamos de Bogotá sabiendo que conocimos una capital del mundo con todos sus condimentos de gran urbe. Se termina la montaña, viajamos para la costa.

lunes, 10 de enero de 2011

Blog de Viaje II: Medellin

En los 90 nos enseñaron que Medellín era una de las ciudades más violentas del mundo; las guerras entre los carteles de drogas la habían tornado inhabitable, cualquier día una bala perdida ó no tanto terminaba con tu vida. Hoy los Antioqueños luchan por cambiar su imagen y vivir mejor, a nadie le gusta el narcotráfico y tratan al turista con amabilidad y predisposición.

Al llegar me encontré con una ciudad totalmente distinta de la que me imaginaba;la calidad y servicio del metro, la infraestructura y confort de los dos aeropuertos y la terminal, las autopistas y accesos a la ciudad, las zonas comerciales y de “business “, me hacen saber que estoy ante una ciudad moderna y que progresa, lejos de aquella postal de violencia callejera que fue o que hicieron creer.



Llegue inquieto con el tema de la seguridad, con el primer paisa que conversé sobre el tema me contestó con una sonrisa pícara: “no se preocupe amigo, el único argentino que murió en Medellín, fue, es y será el mito más grande del mundo” haciendo alusión al accidente del Zorzal Criollo de 1935.

Pudimos caminar tranquilos, tanto de día como de noche por El Poblado, la Zona Rosa y Parque Berrio; en Manrique y el micro-centro hay que tomar las precauciones de toda gran urbe, y en el barrio Colombia nos pegamos tremendo susto porque 2 “muchachos” se tirotearon a 20 metros de la combi que nos trasladaba, el chofer dijo en chiste “welcome to Colombia” pero luego se excusó diciendo que son hechos aislados. Igual el miedo nos duró unos días, aunque nada malo nos pasó en nuestra estadía.

Medellín es una ciudad larga, para conocerla bien lo primero que hay que aprender es a utilizar el metro (considerado el mejor servicio público de Colombia en los últimos 5 años) que recorre la ciudad de norte a sur y te deja cerca de casi todos los puntos turísticos.

Es imposible caminar por Medellín y no escuchar hablar de dos personajes, un niño bueno y un niño malo, uno reconocido en todo el mundo y el otro buscado en todo el mundo, uno donó más de 100 obras (entre esculturas y pinturas) para que todos puedan acceder a ellas y el otro dividió a la población en dos: mitad sangre y rencor, y mitad agradecimiento y fidelidad:

Fernando Botero, escultor, muralista y pintor colombiano, la plaza más bonita lleva su nombre, allí están a la vista de todos 15 de sus mejores esculturas de bronce, que vale aclarar que a nadie se le ocurrió pintar con colores alusivos a equipos de futbol ni nada parecido. El museo local exhibe sus pinturas, la entrada es libre y gratuita. Todos lo quieren y además de la plaza, bares, cafés y hoteles llevan su nombre.





Pablo Escobar, fallecido hace ya 17 años, es un fantasma y mito que recorre la ciudad, fue el narcotraficante más famoso y perseguido del mundo, su fortuna llegaba a los 25 mil millones, jefe del Cartel de Medellín y acusado de más de 4500 asesinatos.
Aun hoy la opinión pública está en contraste respecto a su persona, la mayoría de la gente lo recuerda con odio por sus crímenes y el baño de sangre que hizo de Colombia, y nos les gusta que se asocie a su país con Escobar y cocaína.
Los mas humildes lo veneran por sus obras de beneficencia: 120 canchas de futbol, 3 hospitales, 3 escuelas y 560 viviendas. En los barrios Las violetas y Pablo Escobar se leen grafitis “Pablo vive”, “P.E. no te olvidaremos”. Alguien me explicó: “ El les daba coca a los gringos y les sacaba dólares.”

Estos dos personajes se unen en una obra de arte, Botero pinta la muerte de Escobar, el cuadro se puede ver en el Museo de Antioquia.


Y así dejamos Medellín, con más sorpresas de las que esperábamos, con buenos recuerdos y algunos amigos.
Nos vamos a Bogotá. Hasta la próxima.

lunes, 3 de enero de 2011

Blog de Viaje I

Llegaron las vacaciones y nos las tomamos, dejamos de fingir ser periodistas para ser turistas, cambiamos diarios por guías de viaje, y el clima pasa a ser tan importante como la política.
Así es como Nosere se convierte en un blog de viaje.
Sin celular, sin novedades de la patria, sin revisar el correo y casi sin preocupaciones; veinticinco días para mochilear, conocer y sentir Colombia.

Muchas personas asocian al mochilero con el movimiento hippie, con vivir sin plata, con almorzar conservas y con ausentarse con aviso de las duchas. En mi opinión, solo es un modo de viajar, de descubrir, de ponerse en los zapatos de otro. Se puede ir con ó sin efectivo o tarjetas, no es una cuestión de dinero, sino de actitud y predisposición.

Las ciudades y países no son sus aeropuertos, hoteles de lujo y restaurantes bien calificados. Se conoce un lugar cuando se toma su transporte público, se comen platos típicos en comedores locales, se hospeda en barrios residenciales y fundamentalmente charlando e interactuando con la gente del lugar, pero no como un foráneo superfluo, sino como un habitante del mundo preocupado e interesado por aquel rincón lejano, porque las diferencias muchas veces nos hacen parecidos y porque somos tan parecidos que buscamos diferenciarnos de nuestros iguales.

Todo viaje es una experiencia, y de las experiencias siempre se aprende, abrir la mente sin perjuicios ante otras culturas y costumbres nos dan cuenta de que no siempre tenemos la razón y somos los mejores, y que fuimos criados bajo un etnocentrismo estúpido y reduccionista.

A viajar, conocer, escribir y contar…
Hasta la próxima.



domingo, 26 de diciembre de 2010

INCAA T.V

Ya hemos destacado la creación del Canal Encuentro, el post pasado discutimos sobre el acceso a la cultura, y en los próximos días se anunciará lo que a mí entender es un gran acierto: se suma a la televisión digital abierta Incaa TV, un espacio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.

El canal no contará con producciones propias, sino que ofrecerá las 24 horas películas nacionales (65%), latinoamericanas (25%) y el resto será para rodajes internacionales y cortometrajes locales.
Tendrá distintos segmentos, a saber:
1) Fuera de la Ley: Ciclo de policiales.
2) Sábados de comedia: ciclo con los mejores capo cómicos argentinos.
3) A sala llena: grandes películas taquilleras.
4) Fronteras: cine de autor.
5) La cámara lúcida: cine documental.
6) Una que sepamos todos: musicales.
7) Punto Cardinal: cine Latinoamericano.
8) Todos los Cines: cine internacional.
9) Trasnochados: cine de terror.

Solo queda terminar de arreglar con las empresas cable-operadoras, y esperemos que a partir del 2011 todos podamos disfrutar de dicho canal.

Se vienen momentos extraordinarios: que lindo seria que a los chicos se les deje de mostrar basura, armas, bombas, guerras (in)justificadas y demás perversidades.
Que lindo que los mayores dejen de importar emociones que nada tienen que ver con ellos.

Siento propia esta victoria del Cine Nacional, desde siempre fui seguidor y admirador de vuestro cine; mas aun convertí a varios amigos en devotos de las producciones argentinas. En ellas se muestran nuestras costumbres, modos de vida, modos de actuar; nuestras calles, barrios y personajes; nuestros sentimientos, pesares y alegrías, nuestra historia y presente.
Resumiendo: son películas que hablan y viven como nosotros.

Creo que se da un paso más en fomentar y acceder a nuestra cultura.





lunes, 20 de diciembre de 2010

Cultura ó Pan y Circo?

Este año, con motivo de los festejos por el Bicentenario, mas un nuevo aniversario del día de la Democracia y los Derechos Humanos, se han llevado a cabo en la cuidad de Buenos Aires y en distintas provincias diversos recitales libres y gratuitos, todos auspiciados por el Gobierno Nacional.

La nómina de los artistas no es para nada menor: Charly García, Andrés Calamaro, Fito Páez, León Gieco, Vicentico, Pablo Milanes, Calle 13, entre otros.
Estuve pensando acerca de dichos eventos e invito al lector a participar:

¿Son modos de “achicar” las brechas que existen en el acceso a determinados bienes culturales, entre las diferentes clases sociales? Ó ¿Son medidas que solo tienden captar futuros votos indecisos? (método popularmente denominado “Pan y circo”).

¿Sirven para que la casi inexistente igualdad de oportunidades, se de aunque mas no sea en el ámbito cultural? Ó ¿Son ocasiones para que la viveza criolla actúe una vez mas y se cobren sobre-precios en las contrataciones? (no hace falta agudizar mucho el ingenio, basta una simple comunicación telefónica entre funcionario encargado y manager del artista, para que éste suba a discreción el “cachet”, con tal el dinero lo pone el Estado y no se recuperará ya que es gratuito).

Con los precios que tienen en la actualidad los libros, discos y las entradas a recitales, teatros y estadios de fútbol, se han vuelto asequible a unos pocos y prohibitivo para muchos. ¿Acaso ver a tu equipo, a tu banda o leer a tu autor preferido es también un problema reduccionista de oferta y demanda?

No quiero sonar demagógico ni iluso, pero es un derecho constitucional (Art 75,inc 22), reconocido por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Art. 15), el cual ha sido aprobado y ratificado por la Argentina.

Así es como creo que con los nombrados espectáculos públicos, el Estado no hace más que cumplir con una obligación asumida, y quienes por razones económicas no pueden ir normalmente a ningún recital, se les da la posibilidad. Quienes nunca pueden, pueden.
¿No es eso de lo que se nos habla en los manuales cuando se toca el tema “igualdad de oportunidades”?

Con respecto a los otros interrogantes, creo que el problema no es de la medida en si, veamos:
Si con dichos actos se intenta inducir a votar, creo se subestima al ciudadano y al pueblo soberano erróneamente, es pensar en algo muy remoto.

Con el tema de la corrupción que se puede dar, la falla no es de la decisión, sino del funcionario perverso que busca sacar provecho de ella. ¿Cuál es su opinión respecto a los innumerables recitales que ha fomentado y auspiciado el Gobierno?


Escrito originalmente para http://maxitell.wordpress.com

viernes, 3 de diciembre de 2010

A veces crecemos

Nadie es lo que fue, siempre hay un camino con bisagras que nos van transformando en lo que somos o seremos. No cuenta lo que queremos, sino lo que hacemos. En suma, “somos lo que hacemos para ser lo que somos”.

Luego de experiencia ya contada, aprendí varias cosas:

1) Hay dos opciones bien claras para la clase media: ó se estupidiza y solo tiene preocupaciones de shoppings y modas, siempre mirando a la alta sociedad, deseando ser como ellos, siendo sus lujos y tecnologías la contraseña de la felicidad; mientras dure el bienestar que el resto haga lo que pueda.
Ó se pone del lado de los humildes, los olvidados, trabajando de igual a igual, para progreso ajeno, sin esperar nada más que no sea la satisfacción de no morir de brazos cruzados, de no haber sido indiferente a la estúpida realidad y desigualdad social que nos rodea y nos resigna.
Confieso casi siempre estuve mas cerca de la primera opción, espero que tras una larga caminata llegue a la segunda. Esto no es un ataque ni crítica a nadie, “nunca es tarde cuando la lucha es buena”.

2) Trabajando con 20 voluntarios a los que no conocía, vi por primera vez en mi vida una imagen de lo que es el altruismo: mal dormidos y poco descansados, todos trabajando de sol a sol para una casa que no habitaran, y quizá nunca visiten.
Pregunto: ¿Estos serán los futuros dirigentes? Ellos me enseñaron a trabajar por los demás, con total desinterés por el beneficio propio; me quedo bien en claro que mientras habiten ciudadanos así en nuestro país, nunca el “Pueblo” se pondrá de rodillas ante unos pocos déspotas. Ojala las manzanas podridas de nuestra política nacional nunca contaminen ese cajón.

3) Dormí dos noches con una familia que gentilmente me hospedo, de mas esta contar que la vivienda no contaba ni con luz, ni agua, ni gas, ni cloaca, ni recolección de basura, olvidados por el Municipio, por la Provincia y por la Nación.
Antes de pasar al baño, un compañero me susurro al oído: “no te olvides jamás de lo que vas a ver, éstas cosas te tienen que indignar y movilizar”. Caí en cuentas de que los malos y corruptos políticos, son unos Hijos de Puta, porque denigran y humillan a la gente a vivir en condiciones que no se puede vivir. Mis disculpas lector, pero HDP es la única palabra que les sienta bien a aquellos que directa o indirectamente crearon dicha situación inhumana, vergonzante e inconstitucional.

Se que a muchos esta nota les causara rechazo o risas, insisto: “Nunca es tarde cuando la lucha es buena”.