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jueves, 22 de diciembre de 2011

Inflación Legislativa

En un año electoral, el Congreso de la Nación sesionó poco y nada, Diputados y Senadores se fueron a sus provincias de campaña y no concurrieron con frecuencia ni a sus comisiones ni a las Cámaras.

Cristina Fernández de Kirchner por su parte, en su discurso de asunción pidió al cuerpo legislativo que debata y apuré los tratamientos de la ley de tierras, ley anti-lavado de dinero, reforma al código tributario-penal, ley antiterrorismo y ley de papel de prensa.

Parece ser que nuestros representantes y los de las provincias, se tomaron a pecho lo de “ser soldados de Cristina”; así en una semana record la Cámara de Diputados le dio media sanción a ¡SIETE! Proyectos de ley en solo dos días.

A Priori es difícil opinar y conocer el contenido de dicho paquete de leyes, comparto y apoyo una ley de tierras que limite la venta a extranjeros y no termino de entender una ley como la de anti-terrorismo, con conceptos ambiguos y poco claros.

Donde no me deja de hacer ruido es a las formas y a los modos: no puede ser que el Congreso sesione luego de un pedido de la Presidenta ni que en tiempo insólito se aprueben leyes que el Ejecutivo envió. Necesitamos debate y consenso y no que se levante la mano porque el jefe de bloque lo solicita.

No pueden nunca nuestros Diputados y Senadores olvidarse que ellos representan a la ciudadanía y a los intereses provinciales respectivamente y no al partido político, el cual es el canal democrático por excelencia para ocupar los cargos.
Menos pueden ellos ser obsecuentes con lo pedido por la Presidenta, violando así la división de poderes y los controles que dichos órganos deben ejercerse recíprocamente según manda y ordena nuestra Constitución.

No es saludable esta práctica, el Congreso no es la escribanía del ejecutivo (aunque debo reconocer que en los últimos años he visto excelentes discusiones parlamentarias y se les ha abierto las puertas a sectores de la ciudadanía involucrados a través de las audiencias públicas). Es el órgano más representativo del Pueblo, cuna y base donde se decide el proyecto de país.

Que un legislador oficialista vote en contra de un proyecto de su bloque no es una traición ni causal de expulsión, ellos velan por los intereses generales y no los partidarios; el gesto de Daniel Filmus en la ley de glaciares del 2009 (re-impulsó en el Senado dicha ley que ya había sido vetada por la Presidenta) es la forma mas noble y digna de como esperamos obren nuestros mandatarios.

El Congreso es Soberano y no le debe obediencia debida a nadie mas que a sus electores, ojalá algún día lo entendamos del todo.

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