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martes, 17 de mayo de 2011

¿Periodismo Militante?

Esta tan de moda y hace tanto ruido, que no podemos ser menos, también, vamos a analizarla; partimos por saber que se entiende por Periodismo y que por Militante:
La Real Academia Española define al militante como alguien que pertenece a un partido político o a una colectividad y/o que apoya o favorece un determinado proyecto.
Enrico Udenio nos sintetiza al periodismo como la captación y tratamiento de la información.

Mientras que el primero viene cargado de ideología, el segundo pareciera ser un interlocutor objetivo de la realidad (por lo menos un intento). ¿Cuál es el problema? Creo irreconciliables ambos términos, me parece una falacia que se lo nombre y remarque tanto y es preocupante la gran cantidad de defensores.

¿Los motivos?

La militancia (a la cual considero saludable) surge por el apoyo a un partido u proyecto, pero nunca fue un oficio ni un trabajo, se trata de convicciones, de ideas, incluso de hacerlas prevalecer y difundirlas; pero siempre como un medio y no como un fin. Me explico: como medio porque se trata que aquella “idea” llegue a muchos, pero nunca es un fin es si mismo, porque de lo contrario la finalidad seria de mera propaganda, lo que contrasta con el trabajo de periodista.

Al tener la política tantas ariscas, tantas características propias, llevan a evaluar en este ámbito aquella zoncera de la “traición”: cuando el partido por consenso o como fuese se arriba a una decisión, hay que sostenerla aunque no se este de acuerdo, de lo contrario se caería en la mentada traición. Allí se vuelven a separar sendas palabras: el militante por cuestiones partidarias podría no cuestionar lo decidido por su grupo, pero ¿el periodista? Podríamos aventurar que un periodista militante actuaría como un militante (porque lo es) y no como un periodista que debe mantener su independencia y opinión ante todo.

Así como criticamos cuando notamos que en Clarín (por dar un ejemplo) se baja una línea editorial y escasea la libertad de opinión, (en el último año no leí ni una nota que resalte algún aspecto positivo del Gobierno) con el periodismo militante sucede a la inversa, no vi a ninguno de ellos criticar lo que provenga de sus filas.
Ambas situaciones son peligrosas, si un medio monopoliza la información, corremos el riesgo de que un CEO a discreción maneje que se difunde y que no (¿periodismo corporativo?); y si solo escuchamos a los “periodistas militantes”, éstos podrían convertirse en lo que George Orwell (“1984”) denominó “Ministerio de la Verdad”.

Hay una situación que no puede dejar de nombrarse: la gran cantidad de bloggers con su ideología bien clara, que desde sus páginas web realizan una férrea defensa del Gobierno, ello se hace por convicción, por adherir a un “modelo”, no creo que sea técnicamente periodismo; allí se ve la diferencia entre alguien que milita y difunde y defiende sus ideas; y quien trabaja a sueldo en un canal del Estado, administrado por el Gobierno, para hablar bien de éste último.



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