En estos días, en el país de los antagonismos rabiosos, desde las filas del gobierno y sus militantes, han salido duramente a criticar la movilización que lidera H. Moyano, habría que refrescarles a los obsecuentes que desde que Néstor Kirchner asumió en el 2003 y hasta las reelecciones de Cristina en el 2011, la CGT ha sido su principal aliada; también tendrían que estudiar y analizar el reclamo; porque Cristina haga oídos sordos no podemos rechazar de plano, ¿en que cajón quedó olvidada la reflexión?
Lo que se esta pidiendo, es que el piso mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias sea actualizado conforme a la inflación real del país. El salario de los trabajadores tiene carácter alimentario, es decir que se consume para cubrir necesidades, nunca un salario pude ser considerado ganancia. Hoy un trabajador que gana alrededor de los 7.000 pesos tiene que pagar impuestos a las ganancias (impuesto creado para que aquellos que mucho ganan, tributen conforme a su alta capacidad contributiva)
Es un absurdo que cada año las paritarias fijen aumentos del 25% (porque la inflación ronda ese número) y que no se actualice el mínimo no imponible. Para que se entienda, cada año el costo de vida aumenta un 25% (inflación), el sueldo aumenta en el mismo nivel, hasta ahí la situación es equitativa, con ese sueldo se tiene el mismo nivel adquisitivo que el que se tenia con anterioridad. Pero para los simples números literales, los sueldos se ven incrementados (no en términos reales que son absorbidos por la inflación) y por ello ingresan dentro del monto a pagar impuestos a las ganancias.
En conclusión, a los aumentos paritarios de cada año, el trabajador no los recibe efectivamente porque tiene que pagar el ya nombrado impuesto. De ahí que el reclamo del líder de los trabajadores sea de una justicia notoria, aunque el método sea cuestionable.
En lo personal, me llamó la atención y de allí el titulo, de que Moyano rompa con un gobierno tan popular y del que ha formado parte (gran cantidad de diputados del F.P.V provienen del moyanismo), dejando de lado lo que podría considerarse su tranquilidad personal, en pos de defender los intereses de los trabajadores, lo cual es totalmente coherente con el cargo jerárquico que ocupa.