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lunes, 4 de abril de 2011

Tecnología y Sociedad

Caminando por Buenos Aires observé:
En los cafés la gente se sienta sola frente a su notebook; en el colectivo nadie conversa porque todos tienen un ipod estallando en el oído; en un bar observo a cinco amigos y no se hablan: mandan mensajes de texto a alguien lejano; los oficinistas almuerzan solos en la barra con la televisión de frente y quienes comparten mesa lo hacen por cuestiones de espacio: dos extraños sentados juntos sin conversar porque de lo contrario no habría lugar; los chicos no se juntan ni a jugar a los videojuegos (ni que decir de la plaza) porque juegan cada uno en su casa conectado en red; pocos son los que todavía llaman a sus amigos que están lejos para escucharlos porque con un mail basta y si hasta los taxistas de Capital se han vuelto poco charlatanes.

Con la revolución industrial se creyó que se obtendría mayor productividad y eficacia, por ende la gente trabajaría menos y viviría mejor, ¿Sucedió así? Las maquinas llegaron con grandes dividendos para sus dueños, pero nadie trabajó menos, incluso generaron desocupación y hambre (todavía emociona la intuición de aquellos que en el siglo XVIII en pleno auge, se rebelaron para prenderles fuego).
Hoy, la tecnología nos brinda todo para estar más conectados y unidos, las distancias no existen, no obstante se dio un contra-efecto: la gente se conoce menos, sale menos y se ve menos. Son muchos los que tienden al encierro, todo pasa por un monitor y su mundo se reduce a eso. También son muchos los que caminan con una sensación de anonimato, de no pertenencia, de no mirarse a los ojos.

La culpa no es de los artilugios, sino de quien hace un uso abusivo de ellos, como también de quienes exaltan a las cosas por sobre las personas.

Tantas veces maldecía que los grandes atractivos culturales, deportivos y musicales pasan por las grandes urbes y nunca llegan al interior, que viendo lo contado, considero dichosos aquellos que viven en algún pueblito recóndito; ahí se conserva lo primero que se nos dio al nacer: ser social por naturaleza, que suerte conversar en la esquina ó en el colectivo, que experiencia la que se aprende en el club de barrio o con los grandotes de la esquina, que hermosos nervios caminar por la vereda de la casa de tu chica, que placer aquellas sobremesas con afectos y amistades que se extienden por horas, que fortuna aprender historia gracias a largas charlas con tu abuelo.

Estas cosas simples son y serán la sal de la vida, lo demás es accesorio.


"Lo que preogresa con el paso del tiempo es la tecnología, el hombre no...siempre es el mismo"

3 comentarios:

  1. Roman volveeeeee! con quien voy a gritar tus goles! Sos el goleador de boca en el torneo, en solo 2 partidos!! Sos Pan, sos Paz, sos Mas!!

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  2. pequi, me fascina tu blog, sigui escribiendo que te va a ir muy bien. un abrazo!
    Coti m.

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  3. Gracias por pasar y los saludos a ambos!!!!
    Mauri pone tu nombre cdo firmes!!!!!

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