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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un fin de semana distinto

La propuesta para el fin de semana era distinta a lo de siempre; y el objetivo jugoso y esperanzador: construir en 3 días una sede comunitaria para la reciente junta vecinal del barrio Km. 12 y 12 y ½, con la participación de 25 voluntarios de Un Techo Para Mi País y las familias del lugar.

La división de tareas y roles, estaban bien definidas, así a algunos les tocaba solo cocinar, a otros dirigir la logística, varios se encargaron de tareas de formación con los vecinos y el resto tratábamos de colaborar en lo que haga falta. El trabajo en equipo de los voluntarios fue increíble, la mayoría no nos conocíamos entre nosotros y el respeto mutuo y el compañerismo fue siempre la regla. No importaba si fueras ingeniero, arquitecto o si no sabias ni clavar un clavo, la opinión de todos se escuchaba y la prestación de cualquiera se valoraba por igual, desde la de chicos que están hace más de 6 años en la ONG y son casi expertos en este tipo de construcciones, hasta la de los que nunca habían participado en una.

Los habitantes de la zona, desde el comienzo nos recibieron con los brazos abiertos, haciéndonos notar y sentir que no éramos un grupo de extraños en su comunidad, ni mucho menos políticos que solo aparecen cuando se acercan las elecciones, el trato fue de igual a igual y todos estábamos felices de dormir, comer, trabajar y compartir todo el fin de semana con ellos.

Sobre la obra en si, hay que contar que se trata de una Sede para la Educación y el Trabajo, un espacio de integración para que todos los residentes del distrito se reúnan y debatan sus temas; como así también para que UTPMP realice sus distintos planes y cursos.

Lo curioso, y quizás hasta un poco negativo, fue que al tratarse de una casa no para vivienda, sino para ser un espacio común, se perdió la gratificación y vivencia de construir junto a una familia asignada, y compartir la emoción de lograr el sueño del techo propio. Así el primer día concurrieron a trabajar con nosotros la mayoría de los vecinos, luego el número de los que venían a colaborar disminuyó, dejando de lado eso que UTPMP propone de trabajar solo si es en conjunto con la gente del lugar.

Lo mejor de esta experiencia, mas allá de armar la Sede y su significado, fue poder pasar unos días con la gente humilde, los siempre mal etiquetados, quienes nos atendieron y cuidaron como se cuida a un familiar. Conocer una realidad social que esta muy cerca nuestro pero totalmente olvidada, vivir tres días como viven muchos en argentina nos tiene que bastar para indignarnos, porque la pobreza nos tiene que importar.

Los últimos minutos en el barrio, con la Sede ya armada, pero sin inaugurar por cuestiones de reloj, fueron inolvidables: todos abrazados, los vecinos agradeciendo con lágrimas en los ojos, y pidiéndose entre ellos estar unidos, porque así un futuro mejor, un cambio, es posible.




3 comentarios:

  1. Te felicito por tu Blog Pequita! Recién lo descubro, así que imaginate que no logré ponerme al día con todo... pero lo poco o mucho que leí, me hizo sentir orgullosa de ser tu amiga! :P Muy interesantes y centradas tus opiniones... quién hubiera pensado que del atorrante que yo conocí hace un tiempo atrás, iba a resultar este Hombre hecho y derecho que sos hoy?! ;) Seguí por ese camino que vas a llegar lejos! Un beso grande desde Catamarca! Fla.

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  2. Muy bueno que postees esto peca porque es el ejemplo el que puede incentivar,... la verdad que realente confío en que esta generación puede cambiar un poco el individualismo,el no ver al otro, y que la verdadera ayuda desinteresada es la que gratifa el corazón.
    Me alegro mucho

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  3. Flavia! Gracias por pasar y por tu comentario, igual sigo siendo el mismo atorrante que conociste..jeje
    Marqhinos paranaense! gracias por tus palabras y tu aporte!
    saludos!!!

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